Durante mi trayectoria profesional he tenido la oportunidad de vivir el proceso de creación, cambios de socios o cierres de empresas en las tres que de momento he formado parte como socio. De aquí he aprendido de lo que hablo en el post de hoy que intentaré explicar brevemente.
¡Para empezar!
¿Crear una empresa es de valientes realmente?
Crear un nuevo proyecto empresarial requiere mucho esfuerzo, mucha tenacidad y sobretodo, mucha capacidad de adaptación. Relacionado con este tema, ahora me pregunto.
- ¿Fui más valiente cuando cree mis tres empresas?
- ¿Fui más valiente cuando cerré la primera?
- ¿Fui más valiente cuando dejé la segunda?
- ¿Fui más valiente cuando cambiamos de socios en dos de las tres empresas?
Sinceramente, me estoy cuestionando seriamente que quiere decir … ¡Cerrar!
¿Qué entiendo por cerrar?
Por cerrar una empresa, todos entendemos lo que entendemos. Ir al gestor, presentar si toca concurso, repartir deudas y/o beneficios. Etc.
Aún así, hace unos años y desde que dejé Kinetical, que ya no hablo sólo de cerrar empresas en el mundo del emprendimiento, también hablo de cerrar ciclos y precisamente, cerrar ciclos es de las cosas que más cuestan en al vida.
Mi primera empresa Bituline la decidí cerrar tres años después de crearla y allí cerré una etapa y una empresa.
En mi segunda empresa Kinetical, tuve la suerte de vivir cambio de ciclos no sólo a nivel de accionariado sino también como empleado, pues al cabo de los años percibí que debía empezar otro ciclo. En 2011 dejé la compañía.
Y en mi tercer proyecto empresarial, InPreneur, decidimos cerrar ciclos y también reorientar la propiedad y socios.
En todos los casos, lo más complicado no es ir al notario, lo más complicado es mirarte a la cara con esos supuestos socios y ser capaces de separa ser socio, ser trabajador y con algunos, ser supuesto amigo.
Con todo esto aprendí esto ..
“Hay mucho valiente para crear pero que el momento de cerrar es un cobarde”
Permitidme no escriba más pues ya entraría en la parte personal de otras personas y prefiero no hacerlo. En mi caso, como le decía ayer a mi madre cuando estábamos en su casa.
¡Si fui valiente para crear una empresa, debo serlo cuando están para cerrarla aunque ya lleve años que no esté trabajando allí y tenga unas pocas acciones!