Recuerdo hace años cuando empecé a desarrollar mi actual empresa InPreneur, dedicada al emprendimiento corporativo, tuve una conversación con un gran amigo que llevaba trabajando en una gran compañía (operadora) con cargos comerciales intermedios. En esa conversación que creo debería ser el 2011 o primeros 2012, le dije:
“Mira Paco. Cada vez tengo más claro que la actitud emprendedora es necesaria también en las grandes empresas, pues el espíritu de los emprendedores y de las StartUp también lo necesitan las medianas y grandes empresas para seguir creciendo, innovando y transformándose”
A lo que él me contestó:
“Si Albert si, tienes toda la razón, pero piensa una sola cosa: En muchas de las grandes empresas, escuchar tu discurso, contratarte o apostar por la innovación o emprender internamente, puede dejar con el culo al aire a más de uno y a partir de allí. mostrar su propia incompetencia, con lo que muchos esconderán tus propuestas. Te lo digo porque he trabajado en varias.”
Han pasado los años, hemos trabajado con un amplio abanico de empresas y organizaciones de distintos tipos de sectores o tamaños y realmente puedo confirmar lo que decía Paco:
“En las organizaciones hay personas que torpedean la innovación y la actitud emprendedora”
¿Cuáles son estos tipos?
- Directores que no saben como encara el mundo cambiante y su decisión es seguir haciendo lo mismo que siempre. (Si Einstein se levantara)
- Directores que se piensan que innovar o emprender va de directivos y no ejecutivos (Si gastaran más zapatos en la calle)
- Directores que se piensan que para provocar un cambio hacen falta directivos formados en una buena escuela, en lugar de ejecutivos formados en el mercado que luego se han formado en buenas escuelas. (trabajar y formarse es duro pero es la única opción)
- Mandos intermedios que les asusta el cambio y deciden no probar nuevos retos.
- Mandos intermedios que piensan que hacer subir la competencia y los nuevos retos hacia arriba, les va a perjudicar cuando es al revés. Si lo saben gestionar, les hará crecer.
- Mandos intermedios que se piensan que repudiando los innovadores o emprendedores vivirán mejor, sin darse cuenta que sólo se quedan con los menos preparados.
- Mandos intermedios sin ninguna pasión en su trabajo y que se acaban convirtiendo en insoportables directivos.
- Directivos o mandos intermedios que culpan a los perfiles más tácticos de no querer emprender cuando son ellos mismos los que taponan el talento.
Y así podría seguir mucho más.
No sé como estaremos ni donde acabaremos, ni nosotros ni nuestras empresas. Sólo sé que hace cien años, hace 50, ahora mismo o dentro de 50 o 100, los mejores profesionales querrán trabajar en las mejores empresas.
Creyendo esto, pienso que en lugar de torpedear el emprendimiento corporativo o la innovación, deberíamos torpedear (metafóricamente claro) a los que piensan que no hace falta ni innovar ni desarrollar el talento emprendedor dentro de nuestras organizaciones.
Creyendo esto, estoy convencido que en lugar de torpedear a esos directivos, debemos buscar formas de inspirar, prevenir, formar, educar y acompañar a todos los participantes del sistema para que sean innovadores o emprendedores.
Necesitamos:
- Propietarios, accionistas o socios que sueñen una empresa con profesionales que deseen y puedan innovar internamente.
- Directores que sean capaces de inspirar y transmitir esa decisión empresarial a toda su estructura, siguiendo claramente por los mandos intermedios.
- Mandos intermedios que piensen más en talento y menos en poder. Más en crecer y menos en mandar.
- Profesionales y empleados que quieran y pueden vivir la empresa como suya.
¿Es posible?
Pues si y cuando lo hagamos, en lugar de torpedear personas o profesionales, lanzaremos torpedos contra todas aquellas cosas que debemos cambiar. Es entonces cuando en ese momento, estaremos innovando y emprendiendo internamente.