Cuando hablamos de emprendimiento, ya ha llegado ya el momento en que casi todas las personas entendemos que un emprendedor (sea social o no) es una persona que a partir de una idea es capaz de crear un proyecto que satisface o soluciona alguna necesidad en el mercado.
De todas estas personas que más o menos están de acuerdo, estoy seguro que no todas habrán emprendido su propio proyecto empresarial pero si estoy seguro que muchos de ellos hablan de la necesidad de tener más emprendedores, más recursos o más facilidades.
Ante este enfoque, me decidí a escribir este post para manifestar mi punto de vista sobre una cosa.
¿Hay suficiente con inspirar a emprendedores?
He tenido la suerte de participar en muchas acciones de inspiración con ponencias, talleres de formación, mentoring de emprendedores, dirigir un postgrado u otros, y al final ves muy claro que con inspiración no hay suficiente.
Inspirar es una de las cosas más difíciles que hay, pues al fin y al cabo cuando intentas inspirar a alguien buscas que esa persona dé lo mejor de si misma, que confíe en sus potencialidades y al fin y al cabo, que luche por sus retos.
Después de los años me atrevo a opinar:
“Emprender no es un acto con fecha y hora, como es la inspiración. Emprender es un proceso de transformación y por este motivo necesita más tiempo y más horas”
Dicho de otra manera.
Cuando abrimos proyectos de emprendimiento debemos ser capaces que el “cómo” hacer este proceso de transformación sea tan o más importante que el “qué” inspiracional, pues el camino será largo y todos debemos tenerlo claro.
Con esto no quiero decir que las inspiraciones no sean necesarias sino al contrario, creo que son necesarias y deberíamos tener muchas más. Sólo digo que debemos tomar más consciencia del proceso, que dura más que una idea, dura más que un proceso de incubación o más que un proceso de ampliación de capital con Business Angels/VC.