Los emprendedores somos aquellas personas que tenemos la capacidad de convertir nuestros sueños en proyectos y, sobre todo, que conseguimos una cosa más difícil:
“Encontramos fuerzas de donde sea para que el sueño se haga realidad”
Se dice que emprender es difícil porque implica apostar por grandes retos, porque implica invertir dinero, porque necesita quitar tiempo a otras cosas importantes y, así, seguro que podríamos seguir un largo tendido de ejemplos. Sin embargo, con los años te das cuenta que todo esto es discutible, pues hay otras dificultades reales que muchas veces solemos ignorar.
Por ejemplo:
- Saber controlar la intensidad de la pasión es una de las principales dificultades que los emprendedores debemos aprender. Una vez aprendido, te das cuenta que la gestión de esta intensidad es proporcional a la serenidad con la que afrontas los retos y que te permite equilibrar las alegrías con sus problemas y los éxitos con sus fracasos.
- Saber discernir de lo que es un sueño alcanzable que puede mejorar la calidad de muchas personas u organizaciones, de lo que es algo inmenso que va a cambiar el mundo. Es decir, creer que, en lugar de emprendedores, somos el Mesías que haremos un nuevo mundo. Debemos aprender que sí debemos apostar por grandes retos, pero los grandes retos necesitan de mucha más gente que nosotros solos
- Balancear la emoción del corazón con la razón del cerebro y, sobre todo, conseguir que los dos hablen el mismo lenguaje. De la capacidad de conseguirlo podremos encontrar un camino de emprender, más suave pero igual de satisfactorio. Por eso, debemos crear proyectos y organizaciones emocionalmente cerebrales.
- Poner en valor todo nuestro background tanto personal como profesional al servicio de nuestro proyecto. Esto implica saber aprovechar todos los aprendizajes de nuestro pasado y ponerlos en valor para el futuro pues, para gestionar la complejidad de lo desconocido que nos viene, debemos optimizar todo lo que ya hemos vivido, tanto los éxitos como los fracasos.
- Cuidar nuestra salud para que la máquina más perfecta que existe en la Tierra, nuestro cuerpo, pueda rendir todo el tiempo necesario a la máxima calidad posible. Puede parecer una obviedad, pero por desgracia me encuentro con demasiados emprendedores que hemos necesitado tener un susto de salud para aprenderlo, hecho que no es malo pero, si se puede evitar, mucho mejor.
Seguro que encontraremos más dificultades y por eso deberemos seguir aprendiendo cada día para poderlas superar, porqué como dice aquella frase que algunos atribuyen a Gandhi y otros a otros pensadores:
“Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir para siempre”
Hacerlo depende de nosotros, por esto ya sabéis:
“Control de pasión. Discernir la viabilidad. Balancear emoción con razón. Expertise. Salud”