Al estar inmersos en una revolución o transformación digital, o la llamemos como la llamemos, estamos obligados a esforzarnos más en aquello que ofrecemos a nuestros lectores, clientes o potenciales usuarios.
En esforzarse y en buscar ser exigente contigo mismo, aprendes que hay algunas cosas que deben ser innegociables. Por ejemplo, citaré 3.
- Ser coherente. Intentar que aquello que sientes, dices y haces esté alineado
- Tener bonhomía. Aquella virtud de ser buena gente, de tocar con los pies en el suelo, de ser respetuoso, etc
- Ser pragmático. Buscar opciones para que las personas puedan ir un paso más allá
¿Y todo esto de qué nos sirve?
Nos fuerza y nos sirve para pasar de palabras a herramientas.
La palabra obviamente es muy potente y saberla administrar es uno de los retos más importantes que tenemos las personas, pues con la palabra puedes expresar lo que sientes, contar lo que haces y demostrar lo que has hecho, pero cuidado.
Para demostrar hace falta algo más. Hacen falta pruebas o evidencias y aquí, es dónde son necesarias las herramientas. Herramientas para poder convertir las palabras en algo más que palabras, convertirlas en acciones, en aprendizajes y en soluciones.
Me gusta contar como ejemplo el tema del fracasoque ya sabéis, forma parte de mi día a día. Os suenen esas frases:
¡El fracaso no existe si aprendes de ello!
¡El fracaso es una oportunidad de empezar mejor!
¡El fracaso es ….!
Pero ¿Cómo aprender? ¿Qué herramienta? Y por eso nació el CV fracasional. Herramienta destinad para eso. Adjunto link con más información ¡Aquí!
¿Con todo esto qué quiero decir?
Debemos inspirar y la inspiración debe formar parte de nuestra actividad diaria. Ahora, si queremos que eso se convierta en realidad, en talento, en cultura y en transformación, debemos aplicar herramientas y método.
En resumen.
La inspiración con método, sí transforma