febrero 7, 2020

Obsesión, compromiso o ‘tener que hacer’

Llevo una semana inmerso en varias reuniones y en casi todas ellas ha habido un factor que va relacionado con la intensidad o responsabilidad en que hacemos las cosas. Si busco una forma resumirlo diría que es aprender a diferenciar entre obsesión, compromiso o con el ‘tener que hacer’.

Las tres cosas que más me he encontrado son.

El grupo del ‘tener que hacer’

Hay personas que todo el rato me decían que ‘tenían que hacer’ alguna cosa, pero en la mayoría de cosas no se habían ni empezado. Es decir, lo ponían en su lista de tareas por hacer, pero sea por el motivo que sea, al final no se finalizaba,

El grupo del ‘compromiso’

Son personas que están muy comprometidas (valga la redundancia) y dan todo lo que pueden de si mismos para realizar lo que deben hacer. Son personas que saben que deben hacerlo, pero sobretodo, también asumen que ‘saber que no pueden hacer’. Cuando llega a ese momento, se paran para volver más fuertes y conscientes. Asumen que saber que dejar de hacer porque no estamos enrocando, también es compromiso.

El grupo de la ‘obsesión’

Ese ese grupo de personas que se asignan cosas por conseguir y van a 200% por hora por conseguirlo, sin saber parar para pensar y que, además, presumen que siempre están haciendo cosas. Gente que dice que la obsesión les hace ser más eficiente cuando realmente es falso, en todo caso, les permite ser ‘algo eficaces’. Son personas que corren el riesgo de ser yonkies del trabajo, de la acción u otras cosas. Son personas que deben mirar y buscar el ‘¿Por qué? de etsa obsesión.

¿Con todo esto que quiero decir?

  • Todos tenemos sobre nuestra espalda, situaciones en que ‘tenemos que hacer’, en que estamos ‘comprometidos’ y ‘alguna obsesión’.
  • Todos debemos aprender a equilibrar dichos niveles, pero sabiendo diferenciar en que lugares debemos obsesionarnos, en que lugares comprometernos y en que lugares dejarlo por hacer
  • Todo es un trabajo permanente, un trabajo de aprender a decidir mejor y sobretodo, para pasar de la eficacia a la eficiencia

¿Y todo esto de qué sirve?

  • Para vivir mejor.
  • Para ser más eficiente.
  • Para transformarnos mejor.

Sea lo que sea, ahora pregúntate.

¿Tengo equilibradas mis cosas por hacer, mis compromisos y mis obsesiones?

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