Otro de los aprendizajes más importantes que he vivido estos últimos años, después de varios fracasos, tanto personales como profesionales, ha sido aprender a “normalizar la normalidad”.
Dicho de otras manera, intentar que:
“Lo normal es que lo normal sea realmente normal”
Esta frase es una adaptación de una de Steven Covey que dice: “Lo importante es que lo importante sea realmente lo importante”
Me intentaré explicar pero antes vamos a la RAE. Según ella:
Normalizar: Regularizar o poner en orden lo que no lo estaba.
Normalidad: cualidad o condición de normal
Normal: que se halla en su estado natural o que se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
Dicho en otras palabras:
“Normalizar la normalidad significa que después de esos fracasos, de esas dificultades, de esos lutos, de esos aprendizajes y otras muchas experiencias vividas, debemos aprender a conseguir regularizar y poner orden toda nuestra actividad, con el fin de conseguir recuperar un estado estable y habitual, que nos permita hacer aquello que para nosotros es, normal”
Conseguir la normalidad no es nada fácil, pues el entorno no ayuda, las dificultades menos y siempre tenemos espinas clavadas, pero si alguien puede normalizarlo, esos somos nosotros mismos.
¿Qué normalizar?
Que os parecería normalizar un trabajo que nos guste y nos motive
Que os parecería normalizar levantarse cada día contento (con alguna excepción temporal)
Que os parecería normalizar vuestra “alma emprendedora”
Si habéis contestado las tres preguntas con un “Si , me gustaría”
Ya sabéis que os toca: “Normalizar”
Si habéis contestado que ya hacéis lo que os gusta, que os levantáis contentos cada día y que habéis normalizado vuestra alma emprendedora:
“Felicidades. Seguid así”