agosto 3, 2019

No me había ido, pero he vuelto

Llevo bastantes días (o semanas) que no cuelgo nada en mi blog y también ha bajado bastante la cantidad de mensajes que lanzo en mis redes sociales.

Para unos seguro que aún así lanzo demasiados, para otros lanzo pocos pero sea lo que sea, lo que tengo claro son varias cosas.

Desde que entré en las redes sociales y abrí mi primer blog en el año 2009, nunca me he ido. En todo caso, he bajado la cantidad.

En sus inicios y cuando empecé a investigar sobre el tema, varios supuestos expertos de las redes sociales me dijeron dos cosas a las que en su momento no hice caso y ahora sigo sin hacerles. Me dijeron.

1a Si quieres que te sigan en las redes y quieres tener muchos seguidores, debes seguirles. Si dejas de seguirles, te caerán tus followers

A lo que les pregunté.

¿Me siguen si les aporto valor o me siguen para que les siga?

2ª Tienes que publicar mínimo de ocho o diez tuits al día para que sean leídos dos o tres. ¡Programalos!

A lo que les pregunté.

 ¿Debo decir algo, aunque no sepa que decir?

Todo esto me llevó a las siguientes reflexiones que me hicieron, digamos, apartarme un poco, obviamente, después de errores y aciertos aprendí.

  1. Mis mensajes no van dirigidos a nadie en concreto. Cuando van dirigidos, etiqueto o se lo digo a ellos/as
  2. No entro al trapo ni entro en guerras dialécticas.
  3. No cuelgo por colgar, cuelgo si me apetece
  4. Lo que debo hacer, lo hago porque me apetece y me motiva

Me explico

Hay personas que me han contacto preguntando si ese mensaje iba para ellos o para tal persona y de verdad. ¡No lo es! Digamos que esa fase de reflexión mención camuflada en voz alta en Facebook la he vivido como todas hace años, pero hace tiempo que no. Si hay algo personal, llamo o whatsapp o quedo en persona.

Hace tiempo en mi muro, se generaron debates sobre pseudoterapias, coaching y psicologías. Hubo hasta discusiones que me dediqué a aceptar y comentar hasta que consideraba que se faltaba al respeto. Cuando eso pasó, bloquee a un par de personas y se acabó.

Ya pasé esa necesidad de colgar y colgar (aunque comparado con otros sentía que colgaba poco). Ahora hay días que veo que llevo dos o tres días sin colgar nada en Linkedin, que sólo tres tuits o un mensaje en Facebook. Entonces miro mi vida fuera de las redes y me quedo tranquilo. Otros días veo que he colgado más cosas y pienso, ‘Hoy tocaba’

Y por acabar.

Como mis padres me enseñaron, intento hacer lo que me gusta, lo que me motiva y lo que debo hacer. ¿Y lo que no me motiva? miro que me motive o que ese dolor dure lo menos posible.

Por este motivo.

No me había ido de las redes sociales y menos de la vida presencial (no online), aún así, he vuelto. Prometo seguir de esta manera hasta que vea que deba cambiar algo y si alguien considera que me puede aportar o dar una lección, estaré encantado de recibirla, escucharla y debatirla con educación, argumentos y respeto en ambas direcciones.

¿Por dónde? ¿Abrimos hilo por aquí?

http://albertriba.com/contactar/

Gracias por ayudarnos a mejorar mutuamente

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