Hace muchos años aprendí que realmente las necesidades no cambian, sino que cambian las formas en que las satisfacemos. Por ejemplo, necesitamos movernos y hemos pasado de ir andando, en caballo, en coche, en barco o en avión; hemos necesitado comunicarnos y empezamos con señales de humo, luego con palomas mensajeras, con mensajeros hasta llegar al día de hoycon Whatsapp o Twitter.
Adentrándonos en Twitter y las redes sociales, creo que es importante que veamos que las tecnologías son muy válidas pero quienes solemos fallar muchas veces somos las personas en su uso, no la tecnología. Un ejemplo lo tenemos estas últimas semanas con las negociaciones para formar gobierno.
Negociar no deja de ser buscar un consenso entre dos o más personas o entidades que una vez conseguido, les permite avanzar hacia un objetivo que sea compartido por los negociadores y, sobre todo, que beneficie al máximo número posible de personas relacionadas. Si profundizamos en el término negociación, debemos tener presente que siempre suelen haber varios tipos de información, la que no se dice y la que se dice porque debe aportar valor, aunque a veces sea un valor ilógico, de despiste o por error.
En esta caso, sólo hace falta que abramos Twitter y veamos como un político dice que le ha llamado otro, uno se queja de que no le hacen caso, otro dice las reuniones que va a mantener, uno cuelga en la red los documentos que han presentado y así tantas cosas como seguro que habéis leído.
Todo esto me hace pensar en un café que estuve tomando con un director general de una empresa donde surgió este tema y me dijo con mucho criterio: “¡Albert! ¿te imaginas a un director de ventas diciendo que va visitar a tal cliente o tal proveedor en las redes sociales en plena negociación?”
Esto me hizo pensar mucho porque tiene mucha razón. Estoy seguro que la política ha cambiado bastante, pero el proceso de negociación que decíamos antes no ha cambiado tanto. Creo que si vamos a otro escenario de la política al empezar la democracia, veremos que se consiguió. También he analizado la opción de que realmente lo hacen para confundir a los otros partidos, pero entonces me reafirmaría que tenemos poco talento político. Y otras veces pienso que lo hacen para tenernos entretenidos, pero para entretenerme ya prefiero otras opciones que sí me distraen y no me indignan.
Por otro lado, a las empresas actualmente nos cuesta conseguir opciones de negociación con otras para poder satisfacer nuestras necesidades empresariales y de nuestros trabajadores pero por suerte, estas no las suelo leer en Twitter.
Para finalizar, a algunos políticos les diría lo que me enseñó mi madre de pequeño: “Lavar y guardar la ropa”. Ellos veo que apuestan por “extenderla y sin lavar”.