Hace unos días mi sobrina Clara de 16 años me quiso hacer una entrevista para un trabajo de su escuela, en el que habían de entrevistar a personas con distintas ocupaciones profesionales. Quería hablar conmigo de mis proyectos y de mi faceta de divulgador de la actitud emprendedora.
Quedamos unos días después con dos de sus compañeras de clase, a las que expliqué como llegué a este camino de emprender. A medio de la conversación, salta Clara y me dice:
“Si Albert, ¿pero cómo descubriste lo que te gustaba?”
Genial pregunta y no porqué fuera mi sobrina, pues es una gran pregunta.
Le dije que mis padres siempre me incentivaron a hacer aquello que me gustaba, siempre me motivaron a por ello y cuando me castigaron por mis malas notas, nunca me sentí humillado ni mega penalizado.
Es decir, “siempre potenciaron de mi aquello que salía de mi pasión”
Y les comenté, que después de mi fracaso escolar, no poder entrar en la universidad y tuve la fortuna de encontrar un trabajo dónde me pude desarrollar.
A lo que ella me dijo:
“Si, pero nosotros no sabemos muy bien que queremos hacer. ¿Cómo podemos descubrirlo?”
Clara seguía presionando a lo que le dije:
“Prioriza siempre lo que te haga feliz y dónde puedas ser mejor profesional, para poder comer claro”
A lo que saltó una compañera suya que dijo:
“Pero es que no lo sabemos y debemos escoger estudios ya el año que viene para la universidad”
Fue entonces cuando le dije:
“Sino sabéis que os gusta, empezad a escribir en una lista todo aquello que no os gusta para nada o que odiáis. Con esto, os será mucho más fácil empezar a descubrirlo”
Luego le dije a Clara:
“Clara, abre el armario que tienes detrás de ti y coged un libro de ‘Mamut o Sapiens’ para cada una, creo que os gustará y espero que os sirva, pues doy algunas pistas”
Al cabo de unas semanas en un club de lectura del libro en Tarragona, me paso lo mismo con una niña de 13 años con su madre, y detrás suyo , la profesora de instituto. Las niña no sabía hacia donde ir o donde tirar.
No me considero un experto en estos temas pero si que he tenido la suerte de apostar siempre por aquello que me gusta, por aquello que me indica mi corazón, y siempre que me ha pasado esto, mis piernas se han movido solas.
Por esto motivo, ahora siempre digo:
“Moved vuestros corazones y vuestras piernas se moverán solas”
PD: ¡No sólo sirve para emprendedores, sirve para todos!