Nos deberíamos preguntar más a menudo.
¿Qué es realmente un ritual?
¿Cómo acompañar los procesos de cambio?
¿Tienen relación los rituales y el cambio?
Muchas veces hablamos de las rutinas y de su importancia en los procesos de cambio, muchas personas hablan de esa rutina de los 21 días y al fin y al cabo, todos buscamos y anhelamos herramientas o soluciones que nos ayuden a mejorar y evolucionar en nuestro día a día.
En este punto y después de todos los aprendizajes que he tenido durante estos más de diez años que llevo conviviendo en monasterios, me pregunté:
¿Qué diferencia hay entre un hábito y un ritual?
Posteriormente, cuando te adentras en estos procesos, cuando analizas tu transformación hasta llegar al presente, te das cuenta que has evolucionado y transformado pero te aumes, con alegría, que si eres lo que eres es porque has caminado con muchas personas. Entonces te sigues preguntando.
¿Cómo me han acompañado? ¿Cómo es que no tenia la consciencia tan clara de ello?
Y luego al final asumes que cuando has sido capaz de aplicar hábitos y rituales a tus procesos de cambio. Asumes que la generación de rituales forma parte de este viaje
Por todo esto, debemos preguntarnos cada día.
¿Qué es realmente un ritual?
¿Cómo acompañar los procesos de cambio?
¿Tienen relación los rituales y el cambio?
¡Vamos a por ello!
¿Cuál es la diferencia básica entre un hábito y un ritual?
Un hábito es aquello que permite generar una rutina en tu día a día y gracias a esa rutina, ese ‘aquello’ queda interiorizado dentro de ti.
Esta rutina puede hacerse en cualquier momento dado y puede estar intercalado con otras actividades. Por ejemplo, el hábito de ir de correr a primera hora de la mañana, la forma en que empezar a hacer algo, etc
Es decir, las rutinas y los hábitos nos ayudan a ser más eficaces y eficientes.
El ritual podríamos decir que también busca integrar algo en nuestro día a día, pero al generar ese ritual, nos aislamos del mundo, evitamos interferencias del exterior y gozamos ‘el aquí y ahora’ de ese momento. Es decir, ‘hacemos ese evento único y lo protegemos’
Ejemplos hay muchos y si miramos en las empresas veremos cómo de la capacidad de convertir hábitos o rutinas en rituales, nuestras eficiencia y calidad de vida se acelerará.
¿Ejemplos?
- Tener reuniones sin teléfono móvil para evitar interferencias
- Hacer sesiones de trabajo más cortas y focalizadas en un tema para así evitar la dispersión de muchos temas
- Acompañar a la tarea con música de fondo suave o relajante
- Etc
Cómo dice Anselm Grun, un monje benedictino alemán, de la capacidad de generar estos hábitos, mejorará nuestra disciplina y por lo tanto, también nuestro bienestar.
En segundo lugar, me preguntaba
¿Cómo acompañar los procesos de cambio?
Hay quien cree que para acompañar a una persona en un proceso de cambio hacen faltan bastantes sesiones o encuentros para que dicha persona asuma el control de dicha proceso.
Por mi experiencia y después de debatirlo con profesionales, me atrevo a decir que la ritualización permite hacer menos encuentros, de mucha más calidad y sobretodo, eventos más eficientes.
Aquí en resumen, es importante recordar que cambiar o transformar no va de cantidad de impactos, como muchas cosas en la vida, va de la calidad de dichos impactos y los rituales nos ayudarán a mejorar dicha calidad.
Y la tercera pregunta que me hacía era.
¿Tienen relación los rituales y el cambio?
Y ahora me respondo, sin ninguna duda que SI.
Si queremos que nuestras organizaciones se transformen, si deseamos que nuestras personas evolucionen, si queremos mejorar entre todos, los rituales agilizarán y facilitarán los procesos de cambio.
Por esto les anima a sigan creando rituales, gozarán de sus beneficios