#autocrítica, #creencia #método
Estilista, artista…
Conocer a Lluís Llongueras fue una de esas experiencias realmente cautivadoras, que me demostró una vez más que las personas realmente grandes tienen algo especial, algo que hace que todo sea más fácil.
Recuerdo todavía sentir esa energía suya tan especial en el momento preciso de entrar por la puerta, cuando me dijo:
“¡Joven! Me tienes que explicar esto de la ensaimada, ¡que me ha fascinado! ¡Y mucho!”. La ensaimada es una analogía de referentes y, además, la comida a la que me aficioné cuando empezaba el reto de este proyecto.
Él asegura que el hecho de crear tantas cosas, y tan distintas, y seguir viendo siempre el mundo en positivo es una simple cuestión de azar. Pero lo más importante que puedo decir de él es que creo que va mucho más allá de lo que él asegura: ¡es mucho más que puro azar!
Si os parece, vayamos a los conceptos clave que retuve después de la charla con él.
“Mi cualidad es racionalizar lo que hago”. #razón
Cuando somos jóvenes, muchos creemos que la pasión nos vuelve creativos. Es cierto, pero solo en parte: con esto, no es suficiente. Para ir bien, hay que recordar que el corazón no puede caminar solo y que siempre necesita tener al cerebro lo más cerca posible, para que ponga orden, lógica y cordura, y lo haga todo más sostenible en el tiempo… como es el caso de Lluís.
En esto él es un maestro y te dice “racionalizar lo que hago”. Magistral. Nos guste o no, “hay que racionalizar el corazón”. Seas emprendedor o funcionario. Seas lo que seas en la vida.
“He aprendido a ser muy crítico conmigo mismo”. #autocrítica
Uno de los aprendizajes que más me ha costado en la vida, y que creo que más cuesta también a la gente en general, es ser autocrítico con uno mismo. Tener esta actitud implica llamar a la puerta de la reflexión de uno mismo y aceptar que, a menudo, no sabemos quién nos la va a abrir. Por eso en muchas ocasiones la evitamos.
Lluís hace exactamente al revés: busca todo aquello en que ha cometido errores, los puntos en los que se ha equivocado y aquellos en los que sabe que se volverá a equivocar, para analizarlo, ser crítico y, sobre todo, aprender de ellos.
“Lo más importante es creer en uno mismo y en lo que hace”. #creencia
Vivimos en una sociedad donde mucha gente hace lo que le toca hacer y no lo que le gusta hacer. Muchas personas apuestan por hacer lo que tienen enfrente y no se paran a pensar qué pueden hacer para trabajar en aquello que realmente les gusta, en aquello que les motiva. En eso, Lluís nos da otra lección.
Él afirma que lo más importante es creer en uno mismo y, sobre todo, en lo que hace cada día cuando se levanta y se mira al espejo.
En resumen: si nos paramos a pensar un poco más, según él, veremos que podemos creer más en nosotros mismos y, en consecuencia, todo lo que haremos será más fácil.
“Si el proyecto tiene un mínimo de dignidad, sí se tira adelante”. #dignidad
Uno de los retos de muchas personas es que, antes de emprender cualquier decisión en la vida –proyecto, cambio de trabajo, compra de piso…-, esperan que el riesgo sea cero y las condiciones perfectas… cuando la decisión en sí misma ya es un riesgo porque el riesgo cero no existe. Lo que acaba pasando es que siempre piensas que no es el momento, pospones la decisión y no haces aquello que quieres hacer.
Lluís lo dice de una manera muy clara y que me fascinó. “Dignidad”. Es decir, cuando crees que un proyecto es suficientemente decente, hay que empezarlo. De lo contrario, corres el riesgo de no arrancar nunca.
“Hagas lo que hagas, sé original”. #originalidad
Vivimos en un mundo donde todo se generaliza con demasiada facilidad: personas, familias, empleos… Y de estas grandes homogeneizaciones, salen cosas evidentemente demasiado iguales.
Debemos pensar en hacer cosas diferentes, que se desmarquen de la rutina y, sobre todo, que apliquen el famoso pensamiento lateral. Cosas que busquen siempre un punto de vista original y distinto, fuera de la normalidad.
¡Escaparse de la normalidad no es para nada malo! Sin embargo, como decíamos unas líneas más arriba, hay que aplicarlo racionalmente.
“Inspirar sí, copiar no”. #inspirar
Enlazando con lo que decíamos antes, hay que ser original, hay que inspirarse y coger ideas de cualquier lugar, sea el sector que sea y sea en el lugar que sea. Pero, sobre todo, no copiar. Como remarco en uno de mis seminarios, “copiar = imitar = limitar”. Inspirar va mucho más allá.
“Orden, sistema y método” #método
La idea que más retuve de la charla con Lluís fue precisamente esta. Según me explicó, se la confesó un empresario cuando él era joven y, a partir de entonces, trata de aplicársela.
Debes definir un sistema componente en todo aquello que quieras plantear. Hay que ordenarlo y alinearlo con objetivos. Y evidentemente hay que definir este método y trabajar para que se mantenga, se analice y se mejore.
Puede parecer una obviedad, pero a la creatividad también hay que aplicarlo.
Poder compartir una hora con Lluís fue muy interesante: me demostró que, a pesar del paso de los años, uno puede mantener intacto su espíritu joven.
Por tanto, ¿dónde tengo que firmar para mantener su energía cuando tenga su edad?
- “Mi cualidad es racionalizar lo que hago”. #razón
- “He aprendido a ser muy crítico conmigo mismo”. #autocrítica
- “Lo más importante es creer en uno mismo y en lo que hace”. #creencia
- “Si el proyecto tiene un mínimo de dignidad, sí se tira adelante”. #dignidad
- “Hagas lo que hagas, sé original”. #originalidad
- “Inspirar sí, copiar no”. #inspirar
- “Orden, sistema y método”. #método