La rutina diaria y el cambio permanente provocan que las personas y las organizaciones hagan lo que tienen sobre la mesa y, por lo tanto, se olviden realmente de dónde queremos ir. Por decirlo de otra forma, nos olvidamos de la estrategia para centrarnos en la táctica.
Cuando esto sucede, nos convertimos en personas sólo operativas y, en este caso, nos dedicamos simplemente a trabajar y entonces, los retos y las ilusiones, nos guste o no, acaban desapareciendo de nuestra vida.
Ante esta perspectiva, se tiene que invertir esta situación y construir un conjunto de retos colgando de una visión poderosa que motiven a las personas a trabajar y esforzarse cada día, que les ayude a creer en un futuro mejor, y por lo tanto que les ilusione.
Todo eso se puede conseguir con la herramienta que hace años que estoy aplicando con personas y empresas que se llama<A[llama|dice]> la visión poderosa.
¿Qué es la visión poderosa?
Es una herramienta que permite visionar el escenario donde se quiere estar dentro de tres años como mínimo. Para<A[Para|Por]> alguien pueden ser cinco o para otro diez, pero como mínimo se calcula para tres.
¿Por qué es necesaria?
Porque permite definir una estrategia que se puede ir reajustando mientras se hace la táctica de cada día.
¿Qué riesgo hay por no tenerla?
Acabar haciendo cosas que no se quieren hacer o acabar deteniéndonos porque nos hemos perdido. Dicho en otras palabras, entrar en un bucle.
¿Es individual o colectiva?
Ambas formas. Cada persona necesita tener su propia visión poderosa para poder discernir sobre hacia dónde quiere ir y, más aún, cómo descubrirlo. En este caso, cada uno es responsable de su propia visión y también puede buscar ayuda para descubrirla, definirla o depurarla.
En segundo lugar, cuando hablamos de organizaciones o colectivos, la visión poderosa tiene que ser definida por los referentes de la misma organización, o en su defecto por sus líderes. Una vez hecha, se tiene que compartir con los miembros para acabar de completarla y sobretodo, colectivizarla.
Si no se hace este trabajo de visión poderosa, si no vemos el futuro como una herramienta por construir, nos encontraremos con que se pueden producir desalineamientos que lo acabarán descolocando a la organización y haciendo tambalearlo todo.