Hace unas semanas estaba reunido con Quim Masferrer preparando una ponencia que íbamos a impartir en una empresa, cuando en medio de la comida y nada más empezar me dice:
“Albert, me he leído el libro y me parece entender que quieren que hablemos de mamuterapia … ¿es así?”
Yo pensé … “¿Mamuterapia? Este Quim es la ostia”
Han pasado unos meses y ese comentario jocoso que se inventó Quim lo he desarrollado con el fin de explicar lo que es realmente una de mis maneras de ver el mundo y al fin y al cabo, el contenido del primer libro www.mamutosapiens.com
¿Pero qué es la mamuterapia?
Personalmente lo defino como un tratamiento de auto gestión de nuestras inquietudes vitales y que suelen bloquear nuestras actitudes e impiden que hagamos acción.
Una vez estas inquietudes son gestionadas adecuadamente, permiten poner en marcha nuestras actitudes y entonces, todas nuestras aptitudes actuaran en el sentido correcto y nos será más fácil acercarse a nuestros retos para hacerlos realidad.
Los tratamientos convencionales dicen que primero debemos desarrollar nuestras aptitudes para que nos permitan hacer acción, dejando la mayoría de veces al margen el mundo de las inquietudes que están directamente relacionadas con la inteligencia emocional.
Cómo un claro ejemplo, sólo debemos mirar el sistema educativo actual y que provoca que nuestros jóvenes lleguen a la universidad y no sepan exactamente que les gusta, como también les pasa a muchas personas con mayor edad.
¿Y cuáles son estas inquietudes?
Quién soy, la zona de confort, el miedo, la diferencia, el cambio, la comunicación, la conciliación, el tempo, el riesgo y el fracaso.
¿Quién debe desarrollarla?
Uno mismo pues son internas y vitales de cada uno.
¿Sólo se puede?
No. En todo caso, hablando con tu entorno más cercano seguro que te pueden ayudar y sino, probablemente la figura de un buen coach te puede servir.
En fin, sean con mamuterapia o sin, todos debemos hacer un esfuerzo para gestionar y mejorar nuestras inquietudes vitales, pues de la capacidad de hacerlo, podremos emprender o adaptarnos mejor a las situaciones que nos toque vivir.