Con los años he aprendido que si una cosa me mantiene vivo y motivado es :
‘La duda’
Sobre aquello nuevo que me encontraré al iniciar ese nuevo proyecto
Sobre aquella relación personal o profesional que empiezo o acabo
Sobre aquel nuevo reto que me viene a la cabeza
Sobre …
Sobre cualquier cosa
Según la RAE, duda es:
Suspensión o indeterminación del ánimo entre dos juicios o decisiones, o bien, acerca de un hecho una noticia
Es decir.
Ante una situación de dos extremos distintos, la duda es aquello que me mantiene vivo, con los ojos abiertos y con las ganas de moverme.
La duda es aquello que hace que me acerque a los extremos con sigilo, que mire de comunicarme con ambos extremos y aquello que sobre todo, me hace descubrir algo nuevo y por lo tanto, crezco
¿Y qué pasa cuando no hay duda?
Pues que entonces estamos casi en cuestión de fe y allí no hay nada a hacer pues eso es inamovible. Por ejemplo.
- La gente no duda si ser del Fc Barcelona o Real Madrid. Ni piensa en cambiar
- La gente no duda sobre si es creyente de una religión o no. Lo és o no lo és
- La gente no duda de si le gustan las plantas o no, por decir algo
Pero lo más peligroso no es esto.
¡Es cuando no hay duda ninguna en nuestras vidas!
- Si no hay duda ninguna, estás en un extremo, no te mueves y además te crees que estás en el centro del universo.
- Si no hay duda ninguna, no creces
- Si no hay duda ninguna, es cuando debes salir de dicha ecuación.
En resumen.
Aprendiendo a gestionar y conversar con la duda, ganamos calidad de vida, mejoramos y crecemos