Con el nuevo año, todos empezamos con nuevos propósitos, que nos apuntamos a clases de inglés, que vamos al gimnasio, etc. y muchas veces afirmamos que ese año, en este caso el 2017, sí que será nuestro año.
Ante todas estas manifestaciones, se pueden observar dos actitudes que yo denomino actitud mamut o actitud sapiens. Y respecto a estos retos, los que tengan una actitud mamut, al cabo de diez segundos de volver a su día a día, en lugar de tener tiempo para apuntarse a luchar por sus retos, encontrarán excusas para culpar al tiempo, a sus jefes, a sus ocupaciones familiares o a otros muchos supuestos argumentos que seguro que serán capaces de verbalizar.
Por otro lado, tendremos aquellas personas que ante la dificultad de ir a clase, mirarán series subtituladas en inglés; los que no puedan ir al gimnasio, irán a correr por la noche y, aplicado al mundo empresarial, aquellos que no estén contentos con su trabajo, buscarán uno nuevo o se sumarán a la gente que apuesta por lo que le gusta para intentar ganarse la vida.
Cuando esto pasa, es el momento de poner en valor una de las palabras o valores más necesarios en todos los ámbitos de este país, sea social, económico o político. Dicho valor es la coherencia, entendiendo por coherencia al hecho de alinear lo que sentimos, con lo que decimos y, sobre todo, con lo que hacemos. Es decir, no hablar tanto y actuar más.
Pero aquí no se acaba. Cuando esta actitud de mamuts se acaba integrando en un colectivo, se crean lo que denomino manadas, o sea, organizaciones que no cambian, equipos de personas que solo se quejan y especialmente, empresas que empiezan a extinguirse. ¿Queréis nombres? Preguntarse, ¿es mi empresa una manada?
Cuando sucede lo contrario y somos capaces de penetrar esta actitud innovadora, emprendedora y transformadora, basada en la coherencia, notaremos que dichas organizaciones se convierten en tropa, veremos que se trasforman, que crecen y que evolucionan de una manera continua y con el personal totalmente motivado.
La coherencia, acompañada de la proactividad, considero que tiene que ser el principal valor, ahora que está de moda hablar de valores, que debemos inyectar en todas las organizaciones, empezando por la propiedad, siguiendo por los mandos intermedios y llegando a todos sus colaboradores.
Se tienen que crear colectivos en los que si decimos que daremos oportunidades, las ofrezcamos; si decimos que innovaremos, lo intentaremos y toleraremos el error; organizaciones que si dicen que desarrollan talento, vayan más allá de un máster en una gran escuela de negocios.
El día que en este país seamos más coherentes, se hable menos y se ponga a la práctica más lo que se dice que se hará, seguro que creceremos tal y como realmente nos merecemos todos.