abril 3, 2017

La agilidad personal

AgilidadHay un aspecto que me preocupa especialmente y creo que es el momento de abordarlo más en serio. Mi opinión es que se tienen que abandonar las palabras bonitas y redundantes dado que en lugar de clarificar, muchas veces confunden, anestesian o algo peor, pues hacen que la gente se desconecte. Por ejemplo, ahora queda bonito hablar de VUCA pero para saber qué es, la gran mayoría tiene que ir a Google.

Uno de los casos en que esto sucede es con todo lo relacionado con el cambio en que estamos inmersos con esta palabra mágica, VUCA. Un acrónimo de un mundo volátil, incierto, complejo y, sobre todo, ambiguo. Al leerla uno se pregunta, ¿de qué se trata? ¿De método? ¿De tecnología? ¿De talento? ¿De personas? ¿O de qué?

El peligro de utilizar conceptos de este tipo es doble, pues en lugar de centrarnos en gestionar esta incertidumbre o complejidad actual, hay que centrarse en interpretar el significado de estas palabras y, claro, esto nos hace aún más lentos en cambiar y transformarnos.

Para hacer frente a esta situación, hay quienes hablan de que las organizaciones deben tener métodos que les permitan hacer las cosas de una manera más eficiente y entonces se habla de aplicar la metodología Lean Manufacturing en la gestión, en la innovación, e incluso en el desarrollo tecnológico. En esta situación, considero que es necesario pero no suficiente.

En otros casos, algunas organizaciones piensan que para ser ágiles deben aplicar tecnología y creen que la transformación y la agilidad es pasarlo todo a la nube (otro de los vocablos primo hermano de VUCA) y sus argumentos suelen estar más relacionados con herramientas. En esta ocasión, también considero que es necesario pero tampoco es suficiente.

Existe otra corriente que dice que para hacer frente a esto se tiene que desarrollar un talento especial que permita gestionar y convivir con este mundo mutante, digital, incierto, etc. Este punto también es cierto y los jóvenes apuntan más en esta línea, pero creo que tampoco es suficiente.

Tiene que ver con tener personas ágiles para que estas puedan hacer palanca en su talento potencial (no sólo el mostrado) y de esta forma poder utilizar nuevas metodologías y tecnologías que permitan convivir con este mundo cambiante.

Para hacer estos cambios se tiene que poner a las personas en el corazón de la estrategia empresarial, aunque sea con su enfoque personal vital, pues una empresa también es una agrupación de personas. Esto es real y aplicable, sé que no es fácil pero ahora, lo importante es empezar y hay quien empieza, como lo llevo viviendo hace ya casi dos años con casi 200 personas de ManpowerGroup, que ya están en esta senda.

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