Sé que mi realidad actual es muy distinta a la de hace 8 horas, 2 meses o 10 años. Ni mejor ni peor, ni más dura ni más compleja. Simplemente distinta. Otra realidad relacionada con realidades anteriores.
Sé que la realidad a la que voy, a la que tengo grabada en mi mente y en la cual creo, aún no ha llegado y tardará en llegar.
Sé que el viaje a la realidad futura a la que voy, desde la realidad actual que tengo y desde la otra realidad de dónde vengo, implica dos cosas.
Transformarme y trascender
Para transformarnos:
Debemos superar nuestros miedos, apostar por lo que nos motiva, salir de nuestra zona conocida, aprender de nuestros errores y además, hacer todo esto (y más) de una forma sostenible en el tiempo.
Para trascender:
Intercambiemos nuestra realidad.
Imaginemos un futuro lejano al que ir y que, además, aunque nos genere mucha incertidumbre, nos hará crecer y evolucionar. Nos hará vivir y experimentar.
Imaginemos un futuro que anhelamos porque para desear lo malo, no hace falta mal gastar tiempo y generarnos más problemas porque ya lo sabéis de sobras:
‘Los problemas vienen solos y no hace falta invocarlos. Dejaros de intentar ser pitonis@s’
Y en mi opinión, acertada o no pero es la mia y la que intento aplicarme, es que debemos aprender esta nueva habilidad, capacidad, competencia o cómo lo quieran llamar.
Debemos aprender a ‘Intercambiar realidades’
Fácil de decir, más complejo de asumir y muy difícil de conseguir
Pero cuidado y nos os dejéis engañar por dos cosas:
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- Los miedos al futuro porque aunque pueden ser ciertos, casi nunca son tan grandes como nuestro cerebro nos los cuenta
- Vigilad con lo virtual, metaverso o cosas de estas. Hay ‘mucho verso del metaverso’
En resumen
No cambiar de realidad es no avanzar y es ‘tan o más duro’ que transformarse. Por este motivo, ‘intercambiemos realidades’
