Hace años me explicaron la típica frase relacionada con las empresas familiares que todos conocen y que dice; “el abuela la crea, el hijo la mantiene y el nieto la destruye” . Me la dijeron en un tono despectivo como si el talento del abuelo no se pudiera trascender a los hijos o peor aún, como si los herederos no fueran válidos. Esta frase la podemos considerar incompleta porque siempre pone como ejemplo a seguir al abuelo, cuando a veces fue él que el cometió el error de no profesionalizar la compañía. Digamos que no fue capaz de discernir el mérito por heredar la empresa o gestionarla, dicho en otras palabras, sin discernir el mérito de la relación padre hijo.
Al hablar de empresas familiares también nos referimos a que no solo cambian los fundadores sino todo sus directivos, es decir, hombres de confianza, proveedores habituales o otros ejemplos. En esta cuestión también ha habido puntos que mejoras en las sucesiones empresariales de algunas de estas empresas.
Hace un mes presenté mi libro “La parálisis que activa” donde se habla de como prevenir y superar las adversidades que sufren las personas y como no, las organizaciones. Decidí incluir como contenido, algunas empresas familiares que debido a su historia y su transformación, han conseguido mantener el espíritu familiar pero con un alto nivel. Entre ellas pude hablar con grupo Vichy Catalan, una empresa joven de 130 años; al grupo Munich que fue capaz de pasar de calzado de deportivo a ser punteros en la moda, o Naturhouse, un ejemplo de diversificación e internacionalización del grupo empresarial.
Nuestro territorio tiene un nutrido tejido empresarial familiar que ha sufrido mucho pero sobre el que podemos construir para gestionar la situación actual. Todas estas empresas deben ser un ejemplo para nuestra sociedad sobre como una actitud emprendedora que va mucho más allá de las StartUp tecnológicas que tanto nos gusta promover.
Por este motivo, acabo con un alegato a todas las empresas familiares y animándolas a que sigan apostando fuerte pero sobretodo, que ayuden y acompañen a sus herederos que no sólo hereden sus activos tangibles, sino también su espíritu vital. Y para finalizar, también a los que ahora estén creando empresas: ¡por favor, piensen que lo que están creando es una familia empresarial! Pues desde esta consciencia, podrán hacer prevención y evitar cometer errores que otros cometieron.