Hace unos años me encontré con un buen amigo que trabaja en la UOC Universitat Oberta de Catalunya. Estuvimos hablando un rato sobre innovación, emprendimiento y todo esto, cuando de repente me dice.
‘¡Ostia Albert! Preséntate que ahora piden plazas de tutores, mentores y tutores y tienes nivel de sobras para estar!’
A lo que le comenté.
¡No me aceptaran porque me faltan 18 créditos para acabar la carrera!
Rellené todos los papeles y como era previsible me dijeron que no cumplía los requisitos, aunque tenía mucha más formación y experiencia de sobras. Además, ellos sólo homologan asignaturas y no experiencia.
Hace unas semanas, un contacto de la Generalitat me dijo que me presentara a un proceso de certificación de expertos en innovación y le dije lo mismo que le dije a otro amigo.
¡No me aceptaran porque me faltan 18 créditos para acabar la carrera!
Y evidentemente pasó lo mismo.
¿Y qué quiero decir con todo esto?
Obviamente el sistema universitario sirve para validar unos supuestos conocimientos adquiridos por los alumnos, pero cuidado, hay muchos alumnos que tienen el título pero luego no saben aplicarlo en el mundo real.
Hay una cantidad de profesores universitarios que están validados con título que hicieron hace 10 o 20 años pero ahora no están para nada preparados para que lo el mundo actual pide.
Hay una cantidad de personas que sólo piensan en crear un sistema hiper burocrático para así mantenerse en el mismo lugar durante mucho tiempo y que no cambien las cosas. Eso sí presumirán de cambio.
Hay una cantidad de profesionales que les pasa como a mí. Por motivos varios no tenemos acabada la carrera, pero ampliamos nuestros estudios pero sobretodo, ganamos experiencia laboral que nos valida y nos refuerza.
Aún así y por fortuna (no suerte), muchas de estas personas que estamos, digamos apartadas por cierta parte del sistema, tenemos espacios en los que si se nos valora. En mi caso personal tuve la suerte de codirigir un postgrado con la UPC, de impartir formación en La Salle, hacer proyectos de Transfarencia con la UB o impartir conferencias en varias universidades en las que me han invitado.
Para acabar, si quiero y debo decir
Si hablamos tanto de talento, de innovación, de emprendimiento y de todas estas cosas, pensemos más en detectarlo y desarrollarlo que en ponerlo en un papelito de cuando estudió. Ah, y si cuando estudió no acabó o ya no lo quiere acabar, homologuemos o certifiquemos.
