¿Necesita el talento de la libertad?
¿Libertad para qué?
¿Cómo dar libertad a algo intangible?
¿Cómo coordinar esta libertad con el colectivo?
…
Y así un conjunto de preguntas que todos nos hacemos o nos deberíamos hacer cuando hablamos de personas con un talento especial, dígase deportista, empleado, emprendedor, artista, etc
Para mi talento es una combinación de características intangibles (inquietudes, actitudes y aptitudes) que hace que estas personas hagan algo de una manera “especial, única y sobretodo, eficiente”. Por ejemplo, Messi tiene este talento excepcional, lo tenía Pavarotti, lo tenía Dalí, etc … pero si lo bajamos a nuestro día a día, seguro que veremos otros nombres como Maria, Pepe o Ivan que están dentro de nuestras organizaciones y que son excepcionales.
¿Qué hacer con ellas?
Hoy en día y más que nunca, en todos los foros de RRHH o de Management se habla de Talento, que si talento para aquí o si talento para allí, que si talento se mide o donde se crea, etc … pero con esto no hay suficiente, pues:
“Del talento no sólo se debe hablar, se debe activar”
Y aquí es donde quiero llegar
“Para activar y desarrollar el talento hay que darle libertad”
La propiedad de la organización, el manager, el directivo o quién le corresponda, debe dar “esa libertad” al talentoso para que desarrolle todo su potencial al máximo, eso si, dentro unos límites.
El límite del máximo control no sirve, el límite del libertinaje tampoco. Sólo sirve la capacidad de darle esa libertad que vaya alineada a unos objetivos y beneficios colectivos de la organización.
¿Cómo hacerlo?
A lo que es responderé.
“¿Con quién hablaré? ¿Con un perfil ejecutivo o un perfil directivo?”
Todo dicho.
En fin, recordad siempre
“El talento fluye cuando hay libertad”
