Se habla mucho de la gestión del cambio, de la innovación, del emprendimiento o intraemprendimiento, de transformación y otros tantos conceptos que realmente solo vienen a decir que tenemos que hacer cosas distintas y, sobre todo, en constante evolución.
Ante toda esta situación, hay organizaciones que tratan de implantar metodologías de innovación, que debaten sobre la creación de cultura, de nuevos liderazgos o de talento. Aun así, mi opinión es que todo esto es importante pero hay algo más relevante que realmente da fuerza a lo que se está tratando y que por si fuera poco, es el punto de partida de todo. Nos referimos al reto, el poder del reto.
Creo que las empresas que consiguen durar y perdurar en el tiempo son aquellas que tienen una visión poderosa de lo que quieren ser a medio o largo plazo, son organizaciones en las que la parte táctica no se come el día a día y, especialmente, son aquellas que saben convertir esa visión poderosa en una secuencia de retos que pueden repartir por todos los niveles de empresa.
Es decir, una suma de retos alineados para aproximarse a una visión poderosa, es lo que da poder y fuerza a una organización pero lo mejor es que este reto hace de motor para toda la organización.
El reto tiene la facultad, la energía y la capacidad de proporcionar un camino a aquella persona que quiere cambiar. En segundo lugar, las personas que son más reticentes y que les cuesta cambiar, si tienen un reto motivante que no les asuste, también tendrán la oportunidad de moverse. Y en tercer lugar, las empresas que tengan una visión poderosa con retos ambiciosos, conseguirán que su maquinaria se vaya moviendo, a buen ritmo y mientras existan retos, de una forma perdurable en el tiempo.
Precisamente las últimas semanas he tenido la oportunidad de vivirlo en primera persona en el entorno de Mercabarna, que conjuntamente con el Ayuntamiento de Viladecans, la UPC y La Salle han puesto en marcha un programa para unir retos de emprendedores con retos de empresas, para mí, mucho más real. De los encuentros con la dirección de Mercabarna y con más de veinte empresas del sector agroalimentario ubicadas en esta Unidad Alimentaria, se me reafirma todo lo que digo hace tiempo y que refleja esta columna que ahora mismo estáis leyendo.
Cuando una organización sabe analizar los problemas o necesidades reales, cuando esta sabe definir retos ambiciosos para convertir esta carencia en una oportunidad y sobretodo, cuando la empresa tiene directores que apuestan por el reto antes que el método, cuando esto pasa, la transformación despega.
Hacer todo esto no es garantía de éxito pero no hacerlo, sí es garantía de problemas
Albert Riba
Empresario y autor