Era un julio cualquiera del año 2010 pero resultó ser un julio que me convenía mucho, aunque yo no tenía idea de ello. Claro, ¡yendo como iba!
Llevaba un tiempo bastante a tope, ocupado con mi empresa, gestionando una relación personal extraña, viajando por todo España y Francia, cuando a la vuelta de un viaje a Hamburgo (Alemania) , recibí un aviso que “me paralizó” todo enterito debido a una parálisis facial periférica temporal. Si, un pequeño coagulo de sangre que no percibí.
A partir de ese momento, inicié unas semanas de recuperación que me llevaron a tomar decisiones importantes al cabo de un año aproximadamente. Decidí abandonar la compañía que fundé con mis socios, se rompió definitivamente la relación con la pareja, dejé unos proyectos sociales donde estaba metido entre otras cosas, y aposté por una decisión muy importante.
“Me prometí intentar hacer lo que me gustaba hasta el final de mis ideas y sobretodo, controlar mi ritmo vital”
A partir de ese momento intenté revertir la situación y todo aquello que me paró lo aparqué, todo aquello que me paralizaba lo eliminé y sobretodo, puse en valor todo aquello que creía que me haría más feliz y sobretodo, me permitiría disfrutar y de esta manera, tener más calidad de vida y sobretodo, pelear por mis retos.
Cuatro años después, tengo mucha más calidad de vida, he creado otra nueva empresa que me permite hacer lo que me gusta, estoy colaborando con los medios de comunicación, escribo libros y sobretodo, “me queda tanto por hacerrrrrr”
A veces me preguntaban cuál eran los aprendizajes más importantes y por este motivo me decidí a escribir “La parálisis que activa” que se ha publicado este 19 de enero, donde uno de los aprendizajes claves son “las pausas programadas”
¿Qué son?
Muy sencillo. Tomar decisiones y acciones para que antes que te alguien te paralice, tu puedas pausarte. Es decir, convertir “parálisis” en “pausas” y “imprevistas” a “programadas”
Hoy en día tengo espacios para mi muy a menudo y distintas pausas para distintos motivos, las pongo en mi agenda y las planifico. Van desde desayunar sin móvil a pasar fines de semana en monasterios, entre otras.
çPor este motivo, para que no se os pare la vida, sea por un accidente, parálisis facial o cualquier otra cosa, haced esto. ¡Programar pausas!
¿Cómo hacerlo?
En el libro dedico bastantes páginas a explicarlo pero en el plazo de un par de semanas como mucho prometo otro post con un detalle más exhaustivo.