Uno de los posts más leídos de mi blog durante los últimos años es el que se titula ‘Emprender va de ventas’ . En él digo claramente, que emprender y innovar no va de ideas. Va de vender.
Han pasado los años y sigo viendo mucha confusión, sea provocada o plenamente consciente. Por esto considero que debemos recuperar el aplicar a otros conceptos que ahora están de moda. Sí sí, ya lo sabéis. Uno de ellos es:
Revertir el mal uso que se da al MVP o Producto Mínimo Viable.
Debemos pasar de la palabra VIABLE y recuperar la palabra VENDIBLE
¿Por qué?
Pues considero que hacer una especie de maqueta o ‘artefacto asociado a un experimento de solución’ como lo llama el gran José A. De Miguel. Hay que pasar de ese artefacto al prototipo o algo vendible que se pueda vender como tal.
Es decir. Algo a lo que un cliente decide poner dinero y creer en él para implantarlo en su organización, sector o mercado.
¿Y por qué este matiz de implantarlo?
Para diferenciarlo de la inversión especulativa o financiera, que es 100% lícita, aunque realmente, no suele ir a la esencia de la cultura emprendedora o innovadora.
El reto de las organizaciones no pasa por hacer concursos de ideas, hackatons o eventos similares, aunque sean muy necesarios.
Debemos asumir que va de ventas, que un intercambio de valor por dinero y que gracias a este intercambio, esa empresa abre una oportunidad real de hacer crecer su negocio y organización.
Esforcémonos en pasar de lo viable a lo vendible, es la mejor solución, aunque eso si, conseguir vender algo es mucho más difícil, supongo que por este motivo es más fácil hablar de viable.