¡Y delante de más de 100 empleados!
En setiembre del 2012 y coincidiendo con mi colaboración en la radio con la sección llamada “La suerte del fracaso” me inventé un concepto que aún hoy en día me da que hablar y creo, que seguirá dando de hablar. El concepto es :
“El curriculum fracasional” en este link podréis ver
En esta sección tuvimos la suerte de tener grandes invitados y personas famosas que vinieron a contarnos sus fracasos, sus aprendizajes y con nosotros, hacer su curriculum fracasional para regalarlo a la audiencia. Vinieron gente interesante como David Barrufet, Elena Gadel, Àngel Llàcer, Xesco Espar, Xavier Gabriel y otros muchos.
Posteriormente incorporé y mejoré este concepto en mi primer libro “Mamut o Sapiens” y con este pequeño método de hacer el curriculum de fracasos, se abrió una dinámica que he impartido en muchos eventos de emprendedores y ahora lo estoy realizando en distinto tipo de organizaciones. De todo este aprendí lo siguiente.
“La gente y los emprendedores ya hablan de sus fracasos, pero pocos de sus aprendizajes salidos de estos fracasos. Pero: ¿Y en las empresas?”
Y aquí hay mucho que hablar.
Hay empresas que dicen que innovan y evolucionan pero no quieren poner la palabra fracaso en ninguna actividad interna, sea conferencia, workshop o lo que sea. Hay otros que se atreven a utilizarlo pero disimulando que no se vea demasiado y muchas otras, lo omiten escondiendo la cabeza bajo el ala.
Dentro de las empresas que deciden a hablarlo, los directivos o directores suelen aceptar este tema pero no suelen verbalizarlo en público, hecho que suele demostrar mucho sobre su modelo de liderazgo y sobre su impacto en toda la organización.
Aún así, debo admitir que hace un mes me pasó algo poco habitual que me alegro mucho y que anhelo que suceda más a menudo aquí en España . Les cuento aunque sin citar nombre de empresas (permítanme la confidencialidad)
Estuve en México impartiendo un workshop para una empresa formada por más de 12000 empleados y que cotiza en la bolsa méxicana. El evento era para una empresa del grupo y en la sala habían casi 100 personas, directivos, mandos intermedios y perfiles medio altos.
Llega el momento de hablar de la gestión del cambio, del riesgo y del fracaso, y entonces como siempre hago, desarrollo mi cv fracasional. Una vez hecho el mío, abrí la oportunidad de que lo hicieran ellos y nada más decirlo, se levanta uno y era él. ¡¡El director general!!
El director general de la empresa se levanta, sube a la palestra y no cuenta un fracaso, sino que cuenta dos, explica en que se equivocó, que aprendió y hizo una disertación que me encantó y sobretodo, animó a su gente a hacerlo.
Luego como os podéis imaginar, quería salir más gente, salieron muchos y puedo admitir que es la vez en la que la reflexión ha sido más profunda, más amena, más natural y sobretodo, más beneficiosa para la entidad a corto, medio y largo plazo.
Con todo esto que quiero decir.
“Está muy bien que hablemos de actitud emprendedora en las organizaciones pero amigos, esto es estratégico, va de cambio y por esto, ¡va de dirección!. Por este motivo, pido a todos los directivos que se dejen de monsergas y piensen que la gente no es tonta, todas fracasamos y esconderlo es un error. ¡Verbalícenlo! Verán como su liderazgo mejora y su organización, con toda su gente, se lo agradecen”