marzo 14, 2014

¿Dónde está la seriedad?

Mi columna de Expansión del mes de enero

El viernes pasado decidí ir a cenar a casa de mis padres.  Así podría charlar de la situación económica actual con mi padre, que se dedicó toda la vida profesional a la bolsa.

Empezamos a hablar sobre los casos de la supuesta corrupción en los partidos políticos, de la gestión de algunos directivos de ciertas entidades bancarias, de las situación de las constructoras en Panamá… En fin, de situaciones increíbles, pero que por desgracia ya son demasiado frecuentes.

Empiezo a comer la pizza en el comedor dónde mis padres miraban uno de estos documentales de investigación sobre inmobiliarias, sobre estafas o drogas y ya se colmó el vaso, en el más sentido figurado.

Mi padre salta de repente y dice: “La especie humana se ha vuelto loca”; a lo que mi madre contesta: “Se ha perdido la seriedad y, a veces, los que más tienes son los que más abusan y engañan a los pobres que menos tienen”. En fin, creo que son dos afirmaciones que no sólo afirman mis padres sino que validan una gran cantidad de personas de nuestra sociedad.

La situación en la que vivimos está muy convulsa pero en ciertos puntos la crisis económica actual ha sido generada por una pérdida de los valores reales que en teoría deben definir la esencia humana, siendo la seriedad unos de los valores principales, acompañada de la responsabilidad.

La seriedad implica hacer las cosas de una manera coherente, sin engaño, sin burla y sobre todo siendo antagónico a términos como jocoso, burla o timo. El valor de la seriedad es inherente a la especie humana y, por tanto, debería ser inherente a todas las organizaciones de nuestra sociedad, sea una familia, un equipo de fútbol, una ONG, un partido político, la Casa Real o cualquier empresa.

La seriedad implica una responsabilidad que tenemos, no sólo con nuestras palabras y con nuestros actos, sino también con la obligación moral de corresponder a quien nos rodean, pero ante todo, a nosotros mismos.

Hace unos meses estuve reunido con el profesor Pedro Nueno en el IESE y me dijo una frase que define claramente lo que estamos hablando. Me dijo: “La mejor responsabilidad es crear riqueza, innovar, lanzar nuevos productos, tratar bien a los empleados, etc.”

Aún así, admitiendo que hay una gran cantidad de personas que no respetan la seriedad ni la responsabilidad que deben tener, hay otros muchos argumentos para tener ilusión y revertir esta situación. Por este motivo debemos mirar más hacia lo positivo que también nos rodea y menos a lo malo pues nos acaba intoxicando.

Hay muchos emprendedores que están lanzando sus proyectos, hay compañías que están innovando y se están internacionalizando, se están financiando más empresas, hay un movimiento social que está con quien más lo necesita, y así, muchos más ejemplos.

En resumen, que ellos no sean serios no quiere decir que nosotros lo dejemos de ser.

 

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