Hace unos días estaba debatiendo con una persona responsable de recursos humanos de una empresa del sector farmacéutico con la que me une una amistad y después de un conversar unos minutos, me dice lo siguiente.
¡Mi vida va entre arrastrarme persiguiendo a mis hijos para que hagan lo que tienen que hacer y en aislarme de todo lo que me estresa! ¿Tus escapadas monásticas sirven para eso?
No me esperaba ese enfoque y le repliqué
¿Crees que a mí no me piden que me arrastre? ¿Crees que a mí no me gustaría también aislarme de todos y hasta de ti? ¡Mis recogimientos monásticos intentan ayudarme entre esas mismas emociones, experiencias o sensaciones!
Y ella replica

¿Cuéntame de qué te sirven pues?
Me armé de paciencia y estuvimos debatiendo este tema durante casi 45 minutos A modo resumen, le dije lo siguiente.
En la vida personal de todos, hay momentos que parece que debamos arrastrarnos para conseguir algo o para satisfacer algo que alguien cree esperar de nosotros. Pueden ser nuestros hijos, padres, amigos, parejas o hasta el perro, el gato o el animal de compañía que tengamos.
En la vida laboral, todos tenemos alguien que nos quiere apretar tanto que casi nos arrodillemos ante ellos porque un motivo u otro. El jefe, un empleado, un proveedor, un cliente, el estado, hacienda, etc
Y todos absolutamente todos, creo que tenemos ganas y deseos de aislarnos de este mundo, más de una vez al día.
Creo que todos levitamos entre el arrastrarnos y aislarnos.
¿De qué me sirven mis recogimientos reflejados en Conexión Monástica?
Me sirven para escuchar la música de fondo de mi día a día e intentar descifrar las imágenes que me rodean, con el fin de tener una visión, más o menos ajustada a una realidad temporal que me rodea en ese momento.
Lo que me genera esa sensación de aislamiento y arrastre es la vida que todos llevamos. Esa vida acelerada que exige competitividad máxima y además, te lo pone cada vez más difícil.
Esa vida repleta de injusticias, barbaridades, apariencias o falsedades que nos quieren hacer creer que son imprevistas, pero demasiadas veces, son previstas por ciertas personas o organizaciones que ellos mismos, las generan, las toleran o las mantienen.
Otro de los problemas, es que la gente se confunde de una cosa muy importante, que es la siguiente.
‘Para recogerte y más o menos intentar surfear entre ese arrastrarse o aislarse, tiene que existir un trabajo previo y continuado’
Es decir. No es meterse en una celda del monasterio y venir una inspiración que te soluciona todas las dudas. Sucede, al contrario.
Si haces un recogimiento sin estar preparado o sin un trabajo previo, creo que te puede ser mucho peor, pues esas horas de silencio y soledad, pueden ser muy caóticas o también, reveladoras.
En resumen.
El ordenarse entre el arrastre y el aislarse, requiere mucho trabajo, muchas horas y mucho esfuerzo, pues como dice en Padre Moisés Salgado, el Prior de la Abadía de Silos, en dos frases de su libro, Vivir con Sabiduría
Estamos condenados a repensar continuamente nuestra propia identidad con el fin de vivirla con mayor autenticidad
El hombre es inquieto y ser inquieto no significa solo ser inseguro del propio centro, significa estar en la búsqueda del propio equilibrio
Ánimo pues y a surfear entre el arrastre y el aislarse que a todos nos toca