Una de las lecciones más importantes que he aprendido de mis conexiones monásticas, va relacionada con estas parejas de palabras
- Decidir & Discernir
- Convulsos & Serenidad
- Mente agitada & Control del temperamento
Estas tres parejas de conceptos, los he mejorado gracias a distintas conversaciones y diálogos que he mantenido con varios monjes y monjas. Ahora os intentaré dar mi visión actual
Hay estudios que dicen que cada día tomamos más de 30.000 decisiones siendo un 99,74% de ellas, de forma inconsciente. Es decir.
‘La maquinita de nuestro cerebro toma decisiones, tengo el entorno que tenga’
Si el entorno es convulso, como es hoy en día, dicha decisión se tomará inconscientemente pero igualmente influenciada con lo que su calidad de decisión puede quedar afectada.
Si a este entorno convulso, la intentamos aplicar ‘algo más de serenidad’ gracias a más disciplina, más control del tiempo, más pausas, más pensar y todo aquello que nos ayude a regular dicha agitación convulsa, seguro que estaremos mejorando
Y esta mejora incidirá directamente en el estado de nuestra mente, teniendo dicha mente agitada o bien, cómo dice Pare Lluís Planas de Montserrat, podremos intentar controlar nuestro temperamento.
Y por control de temperamento ya lo define Rothbart como
“La habilidad de inhibir una respuesta dominante para llevar a cabo una respuesta subdominante’
Y cómo podéis ver, todo va relacionado.
- Si nuestro entorno está convulso
- Nuestra mente estará agitada
- E irá directamente a decidir sin discernir
- Si nuestro entorno consigue serenidad
- Nuestro temperamento se gestionará mejor
- E irá a los procesos de discernimiento
Si ahora, ya a mis 50 años, miro mis peores decisiones, me doy cuenta que casi todas ellas fueron en entornos convulsos y con la mente agitada
Si ahora, ya a mis 50 años, miro mis mejores decisiones, me doy cuenta que casi todas ellas fueron en entorno de serenidad y con el temperamento más o menos controlado.