Esta semana he recibido un mail de una lectora de mis libros que hizo venir a mi mente una frase que me dijo mi mentor hace unos años cuando me planteé dar un vuelvo profesional a mi vida. El Sr Clavell me dijo.
“Albert, si haces el cambio que me dices, dejar la tecnología para irte al mundo de las personas, implica que haces una apuesta importante por las personas. Escoges hacer personas felices frente a empresas eficientes”
Esta frase quedó grabada en mi mente y sobretodo, en mi corazón. Hoy, casi cinco años después he aprendido que:
- La felicidad plena, si existe o no, esté cerca o lejos, está más cerca de las personas que de los productos.
- Las personas y nuestras emociones, somos el verdadero motor de todo. Sin ellas, no hay empresas ni nada.
- Evidentemente necesitamos empresas eficientes pero cuidado, considero que no ‘podemos tener empresas o un mercado eficiente con personas infelices’
En ningún momento digo que las empresas no deban ser eficientes, tampoco soy tan iluso. Sólo digo que si las personas no somos felices, de que sirve todo ese dinero o esta supuesta eficiencia que reducirá los costes.
Por este motivo, seguiré llevando grabada en mi corazón y mi mente esta frase.
«Debemos priorizar a ‘personas felices’ frente a ‘empresas eficientes'»
