El otro día estaba reunido con un director general de una importante empresa del sector del textil y me dijo una cosa que comparto al 100% con él. Dijo:
¡Está muy bien inspirar a mi gente pero con eso no hay suficiente! ¡Hace falta algo más!
A lo que le respondí
‘¡Totalmente de acuerdo! Hace falta ese plus de más ya que si una buena inspiración es arte, una inspiración acompañada de un buen método que permita ser desplegada en toda la organización, es una auténtica revelación. Es decir.
Inspirar es un arte, añadirle método es una revelación’
¿Con todo esto qué quiero decir?
Uno de los retos que tenemos las personas en nuestras vidas es encontrar aquello que nos motive y no tenga en marcha continuamente aún cayendo. Algo que nos inspire a levantarnos y hacer ese #GoForIt que me gusta repetir.
Y otros de los retos, es conseguir que esa ilusión perdure el máximo tiempo en nuestras vidas y esto sólo se consigue con métodos fiables y replicables, pues la inspiración es como la erección, dura menos en el tiempo.
¿Qué hace falta?
Ser capaces de buscar métodos, herramientas y todo aquello que permita a las personas y a las organizaciones convertir esa metáfora que nos inspira, en algo permanente o al menos, algo mucho más perdurable en el tiempo.
Cuando una persona o empresa, es capaz de aplicar uno o varios a unos métodos a una inspiración que han recibido previamente, ese arte se convierte en revelación, pero cuidado, una revelación que sí sabes su ¡Cómo! y su ¡Porqué!