El otro día me preguntaban.
Después de tu parálisis facial del año 2010, de toda las reflexiones, proyectos y cosas que has hecho, ¿cuál crees que es tu principal lección?
A lo que contesté, sin ser consciente de ese momento que esto sería otra #albertina que dicta el post de hoy
«Con un momento de cambio no basta. El cambio es el generador de momentos»
Como he comentado muchas veces, antes de la parálisis mi vida era una sucesión de momentos personales o profesionales, uno tras otro hasta que llegó el momento, el 5 de julio del 2010 que ese cambio se tuvo que ejecutar. Esa parálisis o microictus como me dijeron, me había parado y me había exigido un momento de cambio,
Ahora, en noviembre del 2021, once años después me voy a otro momento
El cambio es el generador de momentos
Es decir.
Al vivir en un mundo tan agitado y acelerado, tan rápido o tan parado, tan crematístico y tan poco humano, he aprendido a hacer del cambio un generador de momento.
¿Antes que hacia?
Iba de salto en salto, de momento en momento hasta que me pegaba la hostia
¿Ahora qué hago?
Miro de planificar CAMBIOS (O innovaciones o transformaciones) y miro de ir saltando de momento en momento para llegar a ese último punto que me he imaginado y casi seguro que no sucederá como imaginé
¿Cómo intento conseguirlo?
- Buscando momentos de acción a través de mis proyectos
- Buscando momentos de paz en mi día a día
- Y cuando intuye que intuyo que me desajusto, hago mi #ConexiónMonástica
Así pues. RECORDAD
«Con un momento de cambio no basta. El cambio es el generador de momentos»
