febrero 5, 2013

Anatomía del buen líder

anatomia1Últimamente y seguro para mi estado de abducción en el mundo de la formación, trato de vincular muchos temas como el liderazgo dentro de los procesos formativos, como hice el sábado pasado en una sesión de mentoring a unos emprendedores que querían ser formadores.

Personalmente creo que un formador es un comunicador y todo líder debería ser un buen formador para ayudar a desarrollar a los miembros de su equipo.

Aquí nació el concepto «Anatomía del buen líder» que quiero compartir con vosotros, utilizando breves metáforas.

Lo haremos de una forma de relacionar todas aquellas aptitudes de un líder pero las asociaremos a una parte del cuerpo humano. Si os parece, empezamos.

Ojos.
Un buen líder debe tener los ojos abiertos para soñar y sobretodo para poder mirar más allá de las cosas. Debe utilizarlos pa visionar e imaginar no sólo ideas y soluciones, sino también para observar de cerca a la gente de su entorno, equipo de trabajo o alumnos, etc

Espalda. El mal líder, sea político o directivo, siempre busca excusas para cubrirse sus propias espaldas, por el contrario, el buen líder siempre la utiliza para su equipo y no para si mismo.

Orejas.
El mal líder sólo tiene oídos para sí mismo, «se escucha demasiado a sí mismo», por el contrario el buen líder sabe escuchar y sabe que las palabras de su gente son tanto o más importantes que las suyas.

Boca. El mal líder habla y habla y habla .. por el contrario, el buen líder tiene boca “de piñón”, es decir, habla mucho más claro, sin dar tantas vueltas y sabe que la fuerza de la palabra la tiene el equipo. Eso no quiere decir que no la abra pues cuando necesita abrirla, lo abre eh!

Brazo.
Levantar el brazo en las aulas es un síntoma de preguntar y es decir, interrumpir pero al buen líder les gusta que esto pase pues sabe que quiere decir que la gente quiere participar.

Mano. El buen líder es aquel dispuesto siempre a ayudar con mucha generosidad y mostrando la mano abierta hacia . Es un síntoma de que estoy aquí para compartir y para ayudar

Pies.
El buen líder tiene los pies en el suelo y sabe que es necesario visionar y soñar, pero también sabe que hay que tener los pies en tierra y estar con la gente de la calle, porque como decía Vicente Ferrer «humanidad es el encuentro con la realidad, a pie de calle »

Por lo tanto compañeros y amigos, seamos conscientes que liderar implicar mirar con los ojos, cubrir espaldas, escuchar con las orejas, saber comunicar

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