Todos sabemos que, en nuestra vida personal, en nuestros trabajos y en nuestras empresas, nos toca vivir experiencias difíciles de gestionar. Además, estamos inmersos en una situación tan compleja que acaba provocando altos impactos negativos en toda la sociedad y esto genera problemas que pueden resultar graves.
Ha llegado un momento en que, en lugar de ir todos a una buscando soluciones, herramientas y consensos que vayan focalizados a solucionar los problemas reales, acabamos haciendo lo contrario: apostamos por romper puentes, evitar consensos y sobre todo, alienar en lugar de alinear.
Alinear significa buscar unos valores comunes, una cultura o manera de ver el mundo compartida por el máximo número posible de las personas que forman esta línea; alinear implicar saber ceder y saber compartir buscando un objetivo común; alinear significa sumar para crecer más allá de la fórmula en que unes o separas; alinear apuesta por crecer y evolucionar.
Al otro lado del alinear, nos encontramos el alienar. Fíjense qué pequeño es el cambio que hay entre las dos palabas, pero cómo de grande es la diferencia. Alienar significa transformar para mal; alienar significa romper, enfadar o separar; alienar implica perder la esencia; alinear acaba fracturando, disgregando y, normalmente, no para bien.
¿Por cuál apostar? Cada uno es libre de elegir según su decisión personal o empresarial, pero siempre deben apostar por buscar el máximo equilibrio y consenso para así poder tomar una decisión acertada. Eso sí, tengamos presente una sola cosa. Cuando se habla de entornos nocivos, negativos, deconstructivos, todos sabemos a qué tipo de organizaciones vamos a parar y todos sabemos sus peligros.
¿Y todo esto cómo aplica a las empresa?
Esta semana he estado impartiendo dos actividades ante un total de unas setenta empresas de diferentes clúster a los que estuve explicando cómo el talento emprendedor está al servicio de la innovación y ésta se pone al servicio de la transformación empresarial… y, claro, su reto es alinearse y no alienarse.
Estas empresas se alinearon en los entornos clúster ya que, en estos entornos, todos ellos comparten una misma línea, un mismo sector, unos mismos valores y, en fin, todos quieren transformar su empresa para que sea de buen agrado para el mercado.
En un mercado tan complejo y competitivo, en un mercado tan local pero global a la vez, el saber alinear nuestras personas y nuestras empresas a unos valores comunes es lo que nos permite crecer y esto será determinante. Aquellas personas o empresas que cedan, se acerquen o convivan demasiado a entornos solitarios o cerrados, el riesgo de alienarse es mucho mayor y, como todos sabemos, es un riesgo de extinción empresarial.
Por este motivo, sean empresarios o no, tómense su tiempo para ganar perspectiva y ver si están más cerca de estar alineados o alienados. Recuerden, alinear es cultura, alienar es algo totalmente antagónico.
http://www.slideshare.net/AlbertRiba