Uno de los principales problemas de las empresas que llevan años en el mercado es que el ‘día a día se las come’ y entonces, dejan de innovar, arriesgar y formarse con lo que se introduce un riesgo demasiado importante para la misma. Cuando esto sucede, el espíritu emprendedor se pierde para convertirse en gestor, con lo que la motivación, la oportunidad del cambio y la evolución dejan de estar en la cabeza y la mente del director de la empresa.