La semana pasada y por invitación de mi buen amigo Marc García, fui invitado al Campus de Victor Tomàs (Capitán del Fc Barcelona de Balonmano) a dar una charla ante más de 130 jóvenes de edades comprendidas entre 10 y 14 años.
Marc me pidió si podía explicar mi experiencia en el mundo del balonmano y sobretodo, que contara a los chavales mis aprendizajes y como todo esto me sirvió para partir de allí, lanzar ahora mis proyectos empresariales, libros o más importante aún, vivir la vida con valores y con actitudes.
El evento fue una potente mezcla de emociones, pues aparecieron ante mi aquellos años de joven en que fui jugador, entrenador, árbitro o directivo de este querido deporte, compaginado con deportistas de élite que sigo por la tele como Victor o Marc.
La charla fue a las diez de la noche después de tres días intensos de entreno, con lo que los chavales parecían un poco “sosos” pero realmente, sus caras reflejaban atención.
A la mañana siguiente y en Barcelona, donde estaba dando una charla, me paró un hombre y me dice:
“¡Eres Albert verdad! Sé que estuviste en el campus de Victor Tomas porque he visto la foto en el Facebook de mi hijo, pues él está allí. Gracias por ir”
Se lo comenté a Marc y me dijo que varios chavales empezaron a preguntar y más de uno les preguntaba sobre dichas actitudes en sus carreras vitales.
Todo esto lo cuento por una sencilla razón.
Impartir conferencias o seminarios tiene su parte bonita de motivar a la gente, tiene su parte compleja de personalizar contenidos y adaptarse a cada auditorio y otras cosas, pero lo más importante de todo, es que te permite “despertar consciencias entre jóvenes” como dice mi buena amiga Sor Lucia Caram
Muchas gracias Marc por confiar en mi.
Muchas gracias Victor por tu forma de ser. Seguiremos la conversación.
Muchas muchas muchas gracias a todos los 130 jóvenes y a todo los entrenadores que estuvisteis allí.
Por cualquier cosa, ya sabéis donde estoy.
Adjunto material fotográfico y la presentación que utilicé
