marzo 3, 2019

Aceptar lo que nos regalan, aunque no lo necesitemos

Hace unos años, vía Sor Lucia Caram, conocí a misionero español llamado Pedro Meca. No sabia nada de él pero ella me dijo.

‘Ven y conocerás a Pedro Meca. Te encantará”

Y me encantó. Aquí podéis ver el post #referendity que le dediqué.

Lo que más me impactó que me dijo fue.

‘Debemos aprender a recibir, pero sobretodo de aquel que no tiene nada que darnos’

Desde ese momento, intento cambiar el chip o el enfoque cuando una persona me quiere regalar algo, sea un café, un abrazo, unas disculpas u otra cosa.

Posiblemente ese café lo puedo pagar sin problema pero para él o ella, ese café esa una muestra de agradecimiento que para él o ella, sí que es importante.

Posiblemente ese abrazo cuando te saluda y que a lo mejor tú no lo harías, para él o ella supone una inyección de motivación.

Posiblemente esas disculpas, aunque no las necesitas, para él o ella, son una liberación.

Posiblemente, en los otros casos, pasará algo similar.

Por este motivo, cada vez tengo más claro que aprender a recibir (como decía Pedro Meca), tanto de personas que pueden dar como de personas que no, puede llegar a representar algo mucho más grande que el regalo en sí.

Al empezarlo a ver así, aprendí que rechazando esos regalos, a lo mejor yo me quedaba igual pero ellos se quedaban peor.

Al empezarlo a ver así, aprendí que cuando yo regalaba cosas a las otros, para los otros esas cosas podían ser más que cosas. Podían ser emociones, recuerdos, etc

Esto no es nada fácil, lo sé.

Sé que no lo consigo siempre, pero si al menos he cambiado uno de los regalos que no quería recibir por una buena sensación, me doy por satisfecho.

 

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